domingo, 3 de abril de 2011

Sense sentit, però amb rumb...


I després jo vaig respondre...

Sin sentido pero con rumbo Abro mi ventana y, después de meses viendo estrés palmado en el rostro de las personas que rápidamente se mueven para cumplir con sus deberes, persianas que se cierran y se abren al ritmo del la luz del día, ruido de coches que con prisa exigen paso y una triste sensación egoísta e individual, consigo ver paz.


La imagen que aparece tras el cristal de mi ventana es otro. Tan diferente que quizás podría parecer un cuento de hadas. Gente que pasea tranquilamente, un canal azul que refleja el cielo, con una alfombra de flores de distintos colores, pájaros libres, ritmos pausados...y se me llena el corazón de nuevas sensaciones y de esperanza.


Cierto es que tendemos a actuar como si de marionetas en un escenario que es la sociedad, se tratara. Estamos sujetos a unas normas que regulan nuestro comportamiento, y aunque creamos que podemos actuar libremente, sin darnos cuenta, estamos sometidos y regidos por esos patrones establecidos sin consultar.


En un mundo dinámico y en una sociedad cambiante como en la que vivimos, a veces es necesario adaptarse a nuevas formas de vida, a nuevos instrumentos y también a nuevas formas de relacionarse, el problema es hacer un abuso de estos cambios y dejar atrás ciertos comportamientos que nos caracterizan para pasar a ser o querer aparentar alguien que no se es.


Una forma negativa de esto, es el exceso de uso que se le está dando al consumismo, consumismo creado por una sociedad que te obliga a seguir unos estereotipos, una moda, y te hace entrar dentro de un círculo vicioso determinado por una sociedad globalizada a más no poder.


Lo malo, es que además de este consumismo material de cosas superfluas y no necesarias, estamos también perdiendo las relaciones en nuestra sociedad de la inmediatez, relaciones que se convierten en relaciones de utilidad, siendo básicamente por interés i de forma egoísta, y así se van perdiendo los vínculos, tan imprescindibles para poder luchar, construir, educar juntos.


Pero asimismo, creemos viable la posibilidad de desviarse de este consumismo sin convertirnos en excluidos, por lo tanto también es posible disfrutar, tener libertad de decidir y pensar y soñar que un mundo mejor puede existir. Hay que encontrar un equilibrio, adaptándose a los nuevos cambios, pero de forma adecuada y coherente.


Des de mi ventana ahora veo alegría, veo nuevas oportunidades, creo en la magia y soy capaz de creer que estoy en este mundo por algún motivo. Creo que en este espacio físico, en esta ciudad, esta experiencia en general me llena de satisfacción y pienso que puedo tomar decisiones importantes en un futuro no muy lejano.


Me he parado a pensar, he analizado, he reflexionado, me he conocido a mi misma y he conocido a mucha gente, gente de todo el mundo con opiniones diversas, algunas negativas, otras cargadas de buena energía, y estoy segura que no me hace faltar tumbarme en una cama para soñar, la vida es un sueño y hay que hacer lo que esté en nuestras manos para conseguir ser felices en ella, y también hacer feliz a todos los que podamos.


Pienso que aunque haya imposiciones, que estemos sometidos a unas normas, a unos gustos y a una justicia que está basada mas en deberes que en derechos, es posible vivir evitando ciertos comportamientos, y actuar con fe y criterio de forma que consigamos luchar por cambiar las cosas, educar para adquirir nuevas formas de pensamiento y esperanza, y al fin y al cabo, querer para ser felices de forma conjunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario